Con la aparición del virus que ha creado el caos mundial, los laboratorios biológicos y químicos en el mundo se han visto asediados y en continuo trabajo, pues no deja de realizarse pruebas, ensayos y estudios, buscando una solución para detener a un virus que viaja rápidamente y contamina de forma acelerada. Los laboratorios biológicos se fundamentan en los procesos de protección, búsqueda, fijación, colección, embalaje, rotulado, etiquetaje, traslado y prevención, para el análisis mediante procedimientos científicos basados en metodologías y normas de seguridad, para determinar los elementos inmunológicos y bioquímicos de materiales y fluidos de origen biológico tales como la sangre.
Uno de los más usados es la citometría de flujos, método de laboratorio que sirve para determinar el número de células, porcentaje de células vivas y ciertas características de las mismas, como tamaño y forma, en una muestra de sangres, medula ósea u otro tejido. Las mediciones se basan en la manera que las células teñidas responden a la luz. También sirve la citometría para identificar marcadores tumorales, como antígenos en la superficie de la célula. La citometría de flujo se utiliza en investigaciones básicas, para diagnosticar y poder generar el tratamiento ideal para cada caso de estudio. Además de los protocolos para aquellos que sean diagnosticados con cáncer.
Estos laboratorios hoy en día están bien dotados de todos los medios necesarios para llevar a cabo este tipo de investigación, y sobre todo en la actualidad que se necesita trabajos acelerados, ante la velocidad con que se propaga el virus en el mundo. Los laboratorios biológicos, aun cuando están abocados a los estudios del virus actual, continúan con las investigaciones en distintas corrientes del pensamiento científico, en la búsqueda de la comprensión y elaboración de los tratamientos necesarios para así proveer a la humanidad de las curas necesarias.